Nuestra amiga Laura nos cuenta la historia de su primera aventura cicloturista de Málaga a Cabo de Gata con intención de inspirar a otras personas y concretamente a otras mujeres a hacerlo:

La primera vez en mi vida que he probado el cicloturismo ha sido cuando fui a Cabo de Gata en bicicleta en Septiembre 2020.

Soy muy fan de la bici desde hace muchos años pero nunca me había atrevido a hacer rutas más largas de un día. Hasta ahora…
Lo tenía pendiente desde hace mucho tiempo, pero con el cambio de planes debido a la situación actual y la anulación de mi viaje en furgo a Croacia, me encontré al final del verano con 2 semanas totalmente libres y muchas ganas de aventura.
Antes de empezar, las dudas y miedos que yo tenía tuvieron que ver con mis propias inseguridades y falta de experiencia. No pensaba en ningún momento que iba a hacer algo especial en particular por ser mujer. Para mí como persona, era emocionante la idea de aventura y de enfrentar el reto a solas.


Tenía muchas ganas de probar algo nuevo e ir de viaje a mi bola. Disfruto mucho de mi propia compañía y quería despejarme de Málaga un tiempo.
El tema de donde montar la tienda fue el único momento en que considero que ser mujer me afectaba la planificación del viaje. Conozco hombres que hacen cicloturismo y montan sus tiendas en la playa, o en otros sitios, en plan acampada libre. Pero yo lo dudaba mucho, teniendo ese miedo de “lo que podría pasar” tan enraizado en mí desde niña, (a las mujeres os digo, que puto rollo eso no?) y decidí planificar el viaje buscando campings en vez de montar la tienda donde sea.

Lo bonito de haber hecho el viaje por mi cuenta es que no tenía porque demostrar nada a nadie. Elijo yo!, hice lo que me daba la gana y escuché e hice caso a mis propias necesidades y deseos más que nunca.

Llegar a Cabo de Gata desde Málaga no es un paseíto corto… Lo recomiendo para quienes quieran llegar a sus límites y superarlos! Yo salí de Torre de Benagalbón un jueves por la mañana de la primera semana de septiembre. Así que además de cubrir los km con toda la carga extra, iba con un calor de verano encima y un viento de frente de unos 17 km/h. Pero no sufrí! O sea, sufrí un poco pero fue justo lo que buscaba. Quería encontrarme en situaciones nuevas, y me quería incomodar un poco. Quería demostrarme a mi misma mi capacidad de aguantar y de perdurar. Buscaba emociones intensas, buscaba aventura! Y conseguí todo eso y más.

Conseguí mi reto en cuatro etapas: La Herradura, Adra, Almería, Cabo de Gata. El segundo día me encontré en modo Superwoman e hice casi 90kms con unos 750m de desnivel. Contra el viento. Con unos 30 grados. Lo recomendaría sólo a la gente resuelta y cabezota… Acabé física y mentalmente reventada, pero al nivel del alma, ¡viví un subidón indescriptible!

Me sentía súper realizada, fuerte, y capaz. Todo esto, a pesar del cansancio y los ratos de sufrimiento, fue para mí una manera de cuidarme, dejarme crecer, salir de la zona de confort y permitirme esa experiencia que tanto me ha hecho crecer como persona. A quitar las barreras y aunque haya miedo o dudas, hacerlo de cualquier manera.
Podría compartir datos e información técnica, hablar de la ruta, el paisaje y más. Pero prefiero dejaros con las siguientes reflexiones:

una experiencia así te libera, te hace conectar con tu voz interior y aprendes a escucharte y confiar en tu proceso sin que nadie te influya. Te abre al mundo, a los lugares y a las personas que te rodean. El mundo está por descubrir, tanto el mundo físico como tu propio mundo interior. Es simplemente cuestión de tener el coraje de buscarlo.


P.D. Si te apetece pedalear en bañador porque te es cómodo, hazlo. El traje de lycra de los ciclistas pros está sobrevalorado 🙂

Si quieres hablar directamente con Laura para preguntarle cualqueir cosa puedes hacerlo en su instagram @lozmab

Y para más historias inspiradoras de mujeres cicloturistas os recomendamos esta cuenta: @soycicloviajera