¿Por qué está de moda la bicicleta eléctrica? ¿Es una bicicleta para vagos? ¿Se trata de una simple moda?

Pedaleando, pero más lejos

Una creencia bastante extendida es que las bicis eléctricas tienen un acelerador que permite avanzar sin pedalear. Según la legislación española vigente, sólo es bicicleta eléctrica aquella que asiste al pedaleo. Es decir, que si avanza sin pedalear (sin ser cuesta abajo, se entiende) es otro tipo de vehículo, por ejemplo un ciclomotor.

Los motores de las bicis eléctricas dan asistencia al pedaleo hasta 25 km/h. De esta forma, se pueden mantener velocidades moderadas con mayor facilidad. Si haces un recorrido llano y por debajo de los 15 km diarios, probablemente te interese más una urbana sin asistencia. Pero si tienes que salvar grandes desniveles (El Limonar, Cerrado de Calderón, Puerto de la Torre) o haces recorridos de 30 km al día o más, la asistencia de una bicicleta eléctrica te permite llegar en menos tiempo y sin un esfuerzo físico excesivo (es decir, llegas a tu destino sin sudar).

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Según donde subas, la asistencia eléctrica se hace muy práctica.

¿Cómo se cargan?

Las bicicletas eléctricas tienen baterías (de iones de litio en su mayoría) que se cargan enchufándose a una toma de corriente. Tardan en cargarse unas 3-4 horas, y su autonomía y durabilidad varían muchísimo según la marca y el modelo.

Otra creencia extendida es que las baterías de las bicicletas eléctricas se recargan durante los tramos cuesta abajo, como si de una dinamo se tratase. Esta tecnología está disponible en pocos modelos y con resultados poco satisfactorios. Por norma general, la única forma de cargar la batería es con un enchufe.

¿Son todas iguales?

¡Desde luego que no! Las bicis eléctricas de gama baja vienen ensambladas con componentes muy baratos, poco durables, ruidosos en su funcionamiento y con repuestos difíciles de encontrar (cuando no imposibles). Su autonomía real no suele llegar a los 50 km, y esta suele menguar rápidamente con el uso. Prácticamente todas contienen el motor en el buje de la rueda, delantera o trasera, que provoca una desigual distribución del peso en la bicicleta, afectando así al equilibrio, y haciendo que se noten fuertes tirones durante la marcha («la bicicleta se va sola»). Si una ebike vale menos de 1200€, entra en esta categoría.

Bici eléctrica de gama baja. Fuente: www.ecomovilidad.net

Bici eléctrica de gama baja. Más bien muy baja. Fuente: www.ecomovilidad.net

Por su parte, las bicicletas eléctricas de gama media-alta cuentan con componentes duraderos y fiables, hacen poco ruido, tienen unidades eléctricas de marcas reconocidas y con repuestos fáciles de obtener. Su autonomía alcanza hasta 200 km, y la batería mantiene más de la mitad de su capacidad original más allá de las 1000 cargas (sí, si multiplicas las cuentas son 200 km x 1000 cargas = 200.000 km / batería).

Los motores de estas bicis suelen estar contenidos debajo del pedalier (donde los pedales), lo que aumenta la eficiencia, distribuye mejor el peso y mejora el control de la bicicleta (ayuda en el pedaleo, no tira de las ruedas). Su precio suele rondar los 2000€.

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Una eléctrica en condiciones. Kalkhoff Agattu 7G.

¿Es factible usarlas para hacer recorridos de 30 km por Málaga y alrededores?

Nosotros decidimos hacer la prueba con una bicicleta de gama media: una Kalkhoff Agattu Impulse 7G, con 130 km de autonomía, para una persona que viva en Málaga Centro y trabaje en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA, Campanillas). Salimos a las 8:00 de la mañana para coincidir con la hora punta de acceso al lugar, y lo grabamos en vídeo. Respetando todas las normas de circulación y con algunas paradas para hacer ajustes en la cámara, tardamos menos que alguien en coche un día cualquiera de atascos: ¡50 minutos!

Lo que más nos llamó la atención de la conducción fue:

– La arrancada es mucho más potente. El ciclista que llevaba la cámara (en una bici convencional) tenía dificultades para seguir a la eléctrica saliendo desde parado.

– Mantener una velocidad media de 25 km/h es fácil, aunque requiere pedalear continuamente. Elimina el esfuerzo máximo.

– Dado el mayor peso de la bicicleta, es más complicado pasar de 30 km/h. Las menores puntas de velocidad se ven sobradamente compensadas por la mayor agilidad subiendo cuestas.

Estos son nuestros consejos, como siempre, si quieres saber más o concertar una cita para probar una eléctrica de las que valen la pena, ¡ven a vernos a Calle Victoria 15!